viernes, 2 de octubre de 2009

El buen uso del tiempo

Esta exposición está basada en el libro Momo, una historia fantástica en la que Michael Ende vaticinaría lo que hoy día ocurre en la sociedad con respecto al concepto tiempo.
Flores horarias: en el cuento, son el tiempo regalado a cada uno de los hombres.
Momo: es una niña capaz de escuchar, de vivir sin prisa, de invertir tiempo en los demás, de inventar juegos sin necesidad de juguetes, de pensar por sí misma.
Los hombres grises: son unos seres extraños, fríos, que se dedican a robar el tiempo de los hombres convenciéndoles de que lo dejen en sus manos en las llamadas “cajas de ahorros del tiempo”. Lo que la humanidad no imagina es que, en lugar de ahorrarlo, cada vez tiene menos tiempo. Porque cuando un hombre entrega su flor horaria (su tiempo) a los hombres grises, es incapaz de realizar nada en la vida que no conlleve un beneficio económico o material y comienza desde ese momento, a vivir con prisa y sin ilusión. Los hombres grises son por tanto los enemigos de Momo y por extensión, de todos los hombres.
Pero a pesar de todo, Momo es capaz de devolver a cada hombre su flor horaria y con ella, su vida “… porque el tiempo es vida y la vida reside en el corazón”.

Si el estrés ha invadido tu vida, si estás en un continuo atasco, si no tienes tiempo para visitar a un familiar enfermo, si no te permites diez minutos para llamar y saber de un viejo amigo que vive lejos, si te has vuelto incapaz de regalarte una buena conversación en tranquilidad. Si no tienes un perro por no sacarlo a la calle y no dedicas unas palabras a tus plantas. Si apenas juegas con tu hijo porque llegas a pensar que lo más importante es pasar el mayor tiempo posible trabajando para que pueda tener los juguetes más caros, si recurres más veces de la cuenta a los restaurantes de comida rápida o ya no te detienes a mirar el cielo en una noche estrellada. Si has puesto en más de una ocasión como excusa el no puedo, no tengo tiempo. Si llegas a creerte tú mismo que no dispones de dicho tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida… entonces es que los hombres grises se han apoderado ya de tu flor horaria.
¿Seremos capaces, en la vida real, de reconocer nuestra condición de invadidos por los hombres grises? ¿Y podremos algún día, recuperar nuestra propia esencia?